lunes, 21 de marzo de 2016

EL MEJOR DULCE DE "LA DELICIOSA": JULIANA.



Desde este blog voy a rendir hoy un homenaje a uno de mis personajes favoritos de la serie: doña Juliana Lorza, el mejor dulce de “La Deliciosa”.

Como dijo María Tasende en la presentación del personaje,  Juliana es una mujer entregada a los demás, y lo demuestra tanto con su forma de ser como a través de los dulces y el chocolate que sirve en su chocolatería. Su solidaridad nada tiene que ver con ese postureo “hipócrita” de las señoras de Acacias (empezando por Doña Cayetana): ayuda al prójimo de corazón, sin las dobleces que caracterizan a la clase burguesa, en cuyo seno nació. Recordemos, por ejemplo, la chocolatada que dio a los niños el día de Reyes, o el más reciente reparto de comida a los soldados repatriados de Filipinas (y no, no me refiero a la comida que organizó Cayetana para darse bombo y recuperar su reputación, sino a los días posteriores a la misma, cuando los soldados acudían en tropel a su establecimiento). Por no hablar de su absoluta fidelidad a la difunta Manuela, a la que incluso ayudó a conseguir los sedantes con los que adormilaría a Justo para obtener la información necesaria de cara a revocar la injusta sentencia que condenó a prisión al también desaparecido Germán.

Ahora bien, Juliana no es la típica “bienqueda” que calla las injusticias con tal de llevarse bien con todos. No tiene ningún reparo en dejar las cosas claras a las señoronas que pasan la tarde en la chocolatería y que se dedican a cuchichear y a despotricar contra las que no participan en sus farsas, como la pobre Trini. Juliana siempre defiende a sus amigos, y no oculta su desprecio por los malvados: recordemos cómo reconoció a su hijo que se sentía como unas castañuelas por la detención de Cayetana, que en el pasado la intentó hundir precisamente por no dar la espalda a Manuela.

Por último, quiero recordar el trato de Juliana a Doña Susana, la madre de su (aunque lo oculte) amado Leandro. Susana, que es “un poco urraca” (Pablico dixit), nunca la ha tratado bien porque teme que acabe desposando a su hijo y este le deje sola. Juliana, a pesar de los múltiples malos gestos recibidos por su parte (recordemos la toca negra que la regaló para recordarle su condición de viuda), ha tenido con ella gestos propios de una auténtica santa: y no solo hablo de su ayuda cuando Susana enfermó de fiebres tifoideas, sino también de su decisión de acompañarla en Nochevieja para mitigar su soledad. Realmente, como ella no hay ninguna. ¡Bravo por Juliana Lorza, el mejor dulce de “La Deliciosa” y de toda Acacias!

 





 

 

 

 

 

No hay comentarios:

Publicar un comentario