-Guerra: Doña Celia, solo para verla aquí he venido.
-Celia (entre risas): De eso nada, esta visita es por los desfavorecidos.
-Guerra: Cuenta con mi ayuda, no tenga usted duda.
-Celia: Gracias, señor Guerra, de eso mismo estoy segura.
-Celia: Trini, ¿cómo escribir a la "Perfección"? ¿A alguien que con sus palabras siempre lleva la razón?
-Trini: Ay, Celi, deja que me ría; ese Guerra te ha caído más en gracia de lo que debía.
-Guerra: ¡Pero qué belleza desprende el broche que luce! Ni se le ocurra quitárselo, pues haría muy mal.
-Celia: Me alegra, señor Guerra, que haya sido de su agrado, pero esta no es una prenda que yo acostumbre a llevar.
-Felipe: Celia, político al final podré ser, si le cae bien a Guerra, sigue acercándote a él.
-Celia: ¡Genial, a mi de ayuda me encanta serte! ¡Te ayudaré a ti, esposo, y a esa pobre gente!
-Felipe: Celia, no te veas más con ese señor.
-Celia: ¿No decías lo contrario? ¿Por qué este cambio, amor?
-Guerra: Usted jugaba conmigo. La amo, la adoro.
-Celia: ¿Pero cómo se le ocurre? ¡Soy una mujer casada!
-Guerra: Ese es mi gran dolor, cuando lo recuerdo lloro. Le juro que nadie se enterará de nada.
-Celia: Trini, ese hombre ahora pide más; ha cruzado los límites de la cordialidad.´
-Trini: ¡Si es que lo sabía, Celi, esto ya se veía venir! No lo veas más, no sea que te vayas a arrepentir.
-Felipe: ¿Adónde has llegado, adúltera? ¿Qué es lo que ahora vas a hacer?
-Celia: Yo siempre le rechacé, jamás te sería infiel.
-Felipe (pega a Guerra): ¡Defiéndase usted, mengue! ¡Todo esto es por mi honor!
-Guerra: ¡Usted morirá de hambre, se lo juro, malhechor!
-Guerra: ¡Adiós, infeliz! ¡A tu esposa gozaré!
-Celia: ¡De eso nada, criminal, pues ahora te mataré!
(Ruido de jarronazo y muerte de Guerra).
Autores: Carlos Minamoto y José K.
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